domingo, 30 de marzo de 2014

La atención al presente dirigida a los más peques.


Saludos queridos lectores, hemos considerado muy importante elaborar un post enfocado en la atención al presente dirigida a los más peques, con el objetivo de que entiendan la importancia que tiene el conocernos a nosotros mismos, aplicando todos estos aspectos a la vida cotidiana de los niños, que en su mayoría se desarrolla en el sistema educativo. Por ello, hemos elaborado una reflexión que esperemos que encuentren interesante y sobre todo útil. Ahí va:



En toda persona existe el deseo de ser feliz. Sin embargo, pocos pueden decir que lo sean. Muchas veces nos sentimos satisfechos porque llevamos una vida más o menos cómoda. Tenemos lo suficiente para comer, tener una casa donde sentirnos seguros, una familia que nos protege y quizá un trabajo que nos gusta. Aun con todo eso, cuando alguna situación imprevista o dura nos sacude perdemos pie y la ansiedad nos invade y esta nos hace sentir impotentes o infelices.

A veces no necesitamos ningún hecho calamitoso en nuestra vida, a veces nos basta con sentirnos enojados por pequeñas cosas, o sentir celos, envidia o inseguridad. A veces no sabemos realmente lo que nos pasa pero sentimos un malestar que tiñe nuestros días y no sabemos lo que podríamos hacer para que eso cambie.

La mayoría de las veces pretendemos mejorar nuestra situación y nuestra sensación mediante un cambio de actividad. De esta manera, creemos que cuando estemos de vacaciones todo cambiara, o cuando encontremos un mejor trabajo o sueldo, o si nuestra pareja fuese diferente, o nuestros hermanos o padres más comprensivos. Creemos que esa nueva situación, siempre futura e incierta nos hará ser felices. Responsabilizamos o culpamos a otras personas de nuestra insatisfacción. De esta manera hacemos depender nuestra vida de otras cosas, circunstancias o personas. Pero ¿qué hay de nosotros mismos?

En el colegio nos enseñan a sumar, restar, leer, historia, geografía y tantas cosas más. Sin embargo, nadie nos enseña a conocernos bien, a prestar atención a lo que sucede en nuestro interior, a observarnos y saber lo que nos mueve a comportarnos como lo hacemos, a descubrir el origen de los conflictos que vivimos.

Desde que somos niños nos hemos acostumbrado a asumir tareas, responsabilidades y obligaciones. Eso no está mal en sí mismo. Pero nadie nos ha acostumbrado o dado herramientas para aprender a conocernos mejor, a vivir en paz, a ser coherentes. Esta falta de herramientas y conocimientos sobre nosotros mismos la notamos especialmente cuando siendo mayores sentimos que la vida que llevamos nos pesa. Muchos desarrollamos enfermedades físicas y psicológicas y tenemos que buscar ayuda en médicos y psicólogos porque no sabemos lo que nos pasa. Cuando ya somos mayores sentimos, a veces, que ya es demasiado tarde para hacer cambios. Y tenemos razón.

Es mejor comenzar desde pequeños a desarrollar nuestra capacidad de observación, de atender a nosotros mismos para comprender lo que nos sucede en cada momento. Cuando no comprendemos lo que nos sucede o lo que sucede a nuestro alrededor no podemos sentir paz en nuestro interior y nos sentimos frágiles y amenazados. Esta falta de paz, de coherencia interna, nos hace sufrir y hacemos sufrir a nuestro entorno. Vivir de esa manera nos impide desarrollarnos adecuadamente. Desarrollar la atención al presente y actuar con coherencia nos devuelve la fuerza y la alegría, así como el respeto y la compasión por los demás.

Si somos capaces de ayudar a los niños a desarrollar esas habilidades, estaremos poniendo la primera piedra para que tengan la posibilidad de sentirse seguros de sí mismos y en paz.

Con respecto a cómo ello influye en la educación:

Desde niños comenzamos a crear conflictos internos, ya sea por problemas en casa o problemas en la escuela. Todo ello influye a la hora de la concentración cuando debemos sentarnos a estudiar o hacer alguna tarea. Al no resolver estos conflictos internos a tiempo estos van cada vez agrandándose y siendo un tormento mayor a diario a la hora de hacer nuestras tareas cotidianas.

Lo interesante es enseñar al menor a observar lo que le está sucediendo en el momento en que siente, identificar y aceptar lo que está sintiendo para luego poder solventar el conflicto que lo perturba y no lo deja avanzar.

Y es que si desde pequeños enseñamos a los niños a resolver esos sufrimientos internos, entonces estaremos ganando una batalla que podría durar toda la vida y que causaría lesiones psicológicas y físicas a lo largo del camino.


Por medio de ciertos ejercicios que nos proporciona la siguiente web podemos ir enseñando la resolución de conflictos a los niños y también cómo ir aprendiendo a vivir en el presente: http://www.laatencionalpresente.com/noticias/


No hay comentarios:

Publicar un comentario