viernes, 28 de marzo de 2014

Por todo lo que veo en ti... ¡¡No te apartes de mí!!

¿Quién no ha sentido alguna vez cuando era un niño una dependencia de la figura materna, es decir, de mamá? ¿Quién no se ha agarrado de la pierna de su madre como si de una fuerza de protección se tratase?

Si te has sentido identificado con esto, tranquilo, significa que tú también has sido niño, y es que, el tema que trataremos hoy en el blog está relacionado con el apego infantil.


“El apego (o vínculo afectivo) es una relación especial que el niño establece con un número reducido de personas. Es un lazo afectivo que se forma entre él mismo y cada una de estas personas, un lazo que le impulsa a buscar la proximidad y el contacto con ellas a lo largo del tiempo. Es, sin duda, un mecanismo innato por el que el niño busca seguridad. Las conductas de apego se hacen más relevantes en aquellas situaciones que el niño percibe como más amenazantes (enfermedades, caídas, separaciones, peleas con otros niños....)”


(Extraída de https://biblioabrazo.files.wordpress.com/2011/12/978-84-96646-12-4i2.jpg?w=490&h=419)
Además, el apego infantil suele ir de mano de uno de los principales mecanismos que el niño utiliza a modo de llamada de atención y para conseguir algo en su beneficio, el llanto. A través del llanto los niños nos transmiten su malestar, ya que debido a su temprana edad, éstos no son capaces de decirnos con palabras lo que les ocurre.

Como hemos nombrado al principio, siempre solemos asemejar el apego a la figura maternal, ya que, la mayoría de veces, es la madre la que se encarga del completo cuidado del niño, y es por ello, que éste crea con su madre un vínculo especial, y por tanto, totalmente dependiente de la misma. Sin embargo, podemos destacar que el apego no solo se da en las figuras de los progenitores del niño, es decir, la mamá o el papá, sino que también se da con aquellos adultos con los que el niño pasa casi la mayoría del tiempo cuando no está en casa, es decir, el docente, esa figura tan importante en el desarrollo de la vida del infante.


Nuestro propósito es hacerle una llamada de atención y decirle que, si es usted un padre, o un docente y se encuentra en esta misma situación y no sabe qué hacer, siéntase importante y no pierda los nervios o evite que se den este tipo de situaciones, ya que como hemos comentado anteriormente, se trata de un mecanismo que todos los niños llevan a cabo y que, tarde o temprano, y a través de su crecimiento, éste comenzará a perder la proximidad hacia su figura, debido a que comenzará a ganar seguridad. Es ahí donde su papel cobra una mayor importancia, y es que su función principal será la de guiar al infante en la búsqueda de su seguridad y en la construcción de su  propia personalidad, lo cual le llevará al éxito y  a la vida plena y exitosa. 




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